¡Hasta donde hemos llegado!

Las fotos que muestran el destrozo de los vehículos pertenecientes a los empleados de la empresa Toyota en Cumaná, son una demostración clara de cómo está el alma de los otrora amplios venezolanos. El líder sindical de la empresa Argenis Vásquez (oficialista) había logrado pacificar a los obreros de la empresa hasta llegar a la firma del Contrato Colectivo. Razón por la cual la planta de Cumaná había estado cerrada, colocando en peligro los puestos de trabajo en una región que como el resto del país está en depresión económica. Al lograr la firma del contrato este líder sindical había alcanzado la estabilidad laboral para todos sus compañeros, lo cual era un logro significativo. Por lo tanto es de suponer que su asesinato atribuido al sicariato tiene que haber causado pesar entre sus compañeros, quienes lo apreciaban sinceramente.

Pero volvamos a lo que no es entendible, que los propios compañeros de trabajo se hayan vuelto entre si y como un enjambre hayan destrozado tres vehículos que estaban a la entrada de la Empresa, y, luego con vandalismo y en forma sistemática le rompieran los vidrios, abollaran las carrocerías, le dejaran caer peñones a los capó, les arrancaran los parachoques uno a uno a los carros de sus compañeros de trabajo. Reparaciones que costarán millones, si es que son reparables. ¿A que se debió la “guerra”?. ¿Es que se dejaron de hablar? . ¿Qué otro interés había de por medio?
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Mercedes Montero / gentiuno.com