La avalancha de violaciones a la Constitución, a los derechos humanos y la persecución política a la disidencia expresan dos claros propósitos del gobierno del presidente Chávez y de su partido. En primer lugar, avanzar hacia la consolidación del proyecto totalitario militarista utilizando incluso el terrorismo de Estado; en segundo lugar, provocar y desesperar a quienes representamos la disidencia a este gobierno para que nos apartemos de la ruta democrática hacia los caminos de la aventura o de la violencia, y utilizar entonces toda la fuerza represiva del Estado y el control sobre los Poderes Públicos para eliminar la oposición política.
Ante esta circunstancia tan difícil para la vida democrática de Venezuela, es necesario que quienes formamos parte de la alternativa democrática demos tres respuestas fundamentales: en primer lugar, preservar la unidad de todos los factores democráticos; en segundo lugar, no abandonar la ruta democrática, pero modificar los métodos de lucha para que sean eficaces ante esta arremetida; y en tercer lugar, concientizar y organizar al pueblo de Venezuela para dar esta lucha juntos y evitar la consolidación del proyecto totalitario, que empezaría por quitarnos la libertad y luego todos nuestros derechos a pesar del discurso engañoso del "amor a los pobres".
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